Tu y mi padre se casaron muy jóvenes, en la flor de la vida y estaban muy enamorados. Nací, fruto de ese amor. Que bien suena eso en mi corazón …
Tu lucha por la vida comenzó muy temprano, incluso en el momento de mi nacimiento, era una situación crítica, más tu enfrentaste el peligro de la vida y conseguiste sobrevivir y, desde entonces, has estado a mi lado, incluso con todos los desafíos que te has enfrentado. Has sido y eres una gran mujer, querida madre. La vida te ha desafiado muchas veces y has podido encontrar las soluciones necesarias, a veces cuando nada parecía posible, lo haces posible. ¡Te honro!
Ayer fue el 1º webinar bajo el título miedo o resiliencia. Gracias a todos los que participaron y que juntos contribuyeron positivamente a la construcción de una postura fortalecedora para hoy.
Llegamos a la conclusión de que la solución pasa por la coexistencia de ambos: miedo y resiliencia, coexistencia de emociones pertenecientes a la naturaleza humana y la capacidad de superar la adversidad.