Así, es necesario que los hijos tomen a los dos padres en su corazón y en su vida, tal como fueron y son, sin preferencia por ninguno de ellos, al mismo tiempo, en igualdad de condiciones, sin diferenciación de relación o relación especial con cualquiera de ellos, para que su lugar de hijo, sea preservado y se observe la jerarquía y el respeto.